La economía de la vivienda: El verdadero coste de la construcción

Hablemos de dinero. No sólo del precio de etiqueta que se ve en una casa nueva, sino de los costes reales, a menudo ocultos, que hacen que la vivienda sea cada vez más inasequible. Como alguien que ha pasado casi una década analizando los presupuestos de construcción y desafiando las normas del sector, puedo decirles lo siguiente: la economía de la vivienda está fundamentalmente rota. Pero para arreglarlo, primero tenemos que entenderlo.

La ilusión del precio

Cuando empecé en este sector, me sorprendió la desconexión entre lo que costaba construir una casa y lo que costaba venderla. ¿Una casa de 500.000 dólares? Tal vez $ 250.000 de que es el costo real de la construcción. ¿El resto? Es una compleja red de ineficiencias, márgenes y, francamente, despilfarro. Permítanme desglosarlo para usted:

  1. Coste del suelo (20-25%): Varía mucho según el lugar, pero en muchas zonas urbanas se está disparando. He visto parcelas cuyo precio se ha duplicado en pocos años.

  2. Materiales (25-30%): Aquí es donde los métodos tradicionales nos perjudican de verdad. He visitado obras en las que, literalmente, miles de dólares en materiales se han echado a perder por la lluvia o por un almacenamiento inadecuado.

  3. Mano de obra (30-35%): Con la escasez de mano de obra cualificada, este coste no hace más que aumentar. He tenido proyectos que se han retrasado meses porque no encontrábamos suficientes trabajadores cualificados.

  4. Costes blandos (10-15%): Permisos, honorarios de diseño, inspecciones: la burocracia de la construcción se acumula rápidamente.

  5. Margen de beneficios (10-20%): Los promotores necesitan ganar dinero, claro. Pero cuando las ineficiencias inflan todos los demás costes, este margen suele dispararse para cubrir riesgos.

Los costes ocultos que nunca se ven

Pero esto es lo que realmente me quita el sueño: los costes que nunca aparecen en el balance:

  • Tiempo: La construcción tradicional es lenta. Cada día que un proyecto se retrasa es dinero perdido, no solo en costes directos, sino también en costes de oportunidad para el constructor y el comprador.

  • Inconsistencia de la calidad: Cuando se construye in situ, a la intemperie, con equipos diferentes cada día, la calidad se convierte en un juego de dados. He visto casas que necesitaban reparaciones importantes antes incluso de venderse.

  • Impacto medioambiental: La huella de carbono de la construcción tradicional es asombrosa. No nos referimos solo al uso de energía operativa, sino al carbono incorporado en los materiales y a las emisiones derivadas de las constantes entregas a pie de obra.

  • Perturbación de la comunidad: Los proyectos de construcción largos y ruidosos no sólo molestan a los vecinos, sino que pueden deprimir el valor de la propiedad local y la actividad comercial.

La revolución modular: Reescribiendo la ecuación económica

Aquí es donde me emociono. En Haüsa Homes no solo construimos de forma diferente, sino que estamos reestructurando por completo la economía de la vivienda. He aquí cómo:

  1. Fabricación de precisión: Al construir en un entorno de fábrica controlado, reducimos el desperdicio de material hasta en un 90%. No es una errata: un noventa por ciento.

  2. Eficiencia laboral: Nuestros equipos trabajan todo el año, en condiciones seguras y con procesos coherentes. Necesitamos menos trabajadores, pero podemos pagarles más e invertir en sus habilidades.

  3. Rapidez de comercialización: Podemos entregar una vivienda en la mitad de tiempo que con los métodos tradicionales. Eso significa menores costes de financiación, un retorno de la inversión más rápido y una ocupación más rápida.

  4. Control de calidad: Cada unidad se somete a rigurosas pruebas antes de salir de nuestras instalaciones. No buscamos la calidad, la creamos.

  5. Escalabilidad: A medida que crecemos, nuestros costes disminuyen. La construcción tradicional no se beneficia de las economías de escala, pero nosotros sí.

Una anécdota personal

Recuerdo estar en una casa tradicional a medio terminar, viendo llover a través de un tejado inacabado sobre una estructura de madera nueva. El jefe de obra se limitó a encogerse de hombros. Ese fue el momento en que supe que teníamos que cambiar esta industria.

El mes pasado vi cómo se colocaban los cimientos de una casa Haüsa. De la entrega a la entrega tardaron menos de una semana. Los propietarios ahorraron más del 40% en comparación con una casa tradicional similar, y la calidad era impecable.

El reto para usted

Así que este es mi reto para cualquiera que lea esto: cuestionar todo sobre cómo se fijan los precios y se construyen las casas. Pregunten a sus constructores locales por qué siguen utilizando métodos del siglo pasado. Exijan transparencia en los costes. Y lo más importante, estén abiertos a nuevos enfoques que puedan hacer que la vivienda de calidad vuelva a ser asequible.

La economía de la vivienda no tiene por qué ser un misterio, y desde luego no tiene por qué estar tan rota. En Haüsa Homes demostramos cada día que hay un camino mejor. Es hora de que el resto del sector se ponga al día.

La próxima vez que vea una obra en construcción, recuerde que no sólo está viendo una futura casa. Estás viendo un modelo económico que necesita una revisión completa. Y créeme, esa revisión no puede llegar lo suficientemente pronto.

Charlie Deane

Arquitecto, constructor, manitas, hacedor.

https://www.linkedin.com/in/charliedeane/

https://hausa.homes
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