Los costes ocultos de la construcción de ladrillo
El ladrillo. Es atemporal, duradero e innegablemente encantador. Lo entiendo: hay algo en las casas de ladrillo que evoca tradición y permanencia. Pero permítame preguntarle lo siguiente: ¿merece la pena ese encanto por los costes ocultos? Tras años en el sector de la construcción, me he dado cuenta de que el ladrillo es uno de los materiales más sobrevalorados que utilizamos. Es costoso, ineficaz y anticuado, y aun así nos aferramos a él como si fuera el santo grial de la construcción de viviendas.
Vamos a pelar las capas y exponer el verdadero precio de la construcción de ladrillo. Alerta: no es tan sólido como parece.
El problema laboral
Lo primero es lo primero: la albañilería es un arte. Lleva años dominarlo y cada vez es más difícil encontrar albañiles cualificados. He visto proyectos paralizados durante semanas porque simplemente no había suficientes trabajadores disponibles para poner ladrillos. Y cuando se encuentra mano de obra cualificada, no es barata.
En un proyecto que supervisé al principio de mi carrera, los costes de mano de obra solo de albañilería fueron casi el doble de lo que habíamos presupuestado. ¿Por qué? Porque cada ladrillo debe colocarse a mano, un proceso minuciosamente lento que depende por completo de la precisión humana. Comparémoslo con métodos modernos como la construcción modular, en la que paredes enteras se montan previamente en fábricas con una precisión milimétrica. La diferencia es de la noche al día.
Dependencia del tiempo
He aquí otro sucio secreto del ladrillo: odia el mal tiempo. La lluvia, las heladas, el calor extremo... todo esto puede paralizar la albañilería. He estado en obras en las que los trabajadores han tenido que abandonar porque el mortero no fraguaba bien en condiciones de humedad. Cada retraso añade costes, no sólo en mano de obra, sino también en plazos más largos, alquiler de equipos y gastos de financiación.
Por el contrario, la construcción modular se realiza en interiores, en entornos climatizados donde el tiempo ni siquiera es un factor. ¿Cuál es el resultado? Plazos predecibles y menos quebraderos de cabeza.
Residuos materiales
El ladrillo puede parecer una opción resistente, pero hablemos de residuos. Entre los ladrillos rotos durante el transporte y el exceso de mortero in situ, hay una cantidad significativa de material que acaba en el contenedor en lugar de en tus paredes. En un proyecto que visité hace poco, casi el 15% de los ladrillos encargados estaban dañados antes incluso de llegar a la obra: dinero tirado literalmente a la basura.
Los materiales modernos, como los SIP de óxido de magnesio, están diseñados para minimizar los residuos. Se cortan con precisión en las fábricas y llegan listos para su instalación, prácticamente sin restos ni roturas. ¿Por qué no se utilizan más? Por tradición y por falta de voluntad de cambio.
Eficiencia energética o falta de ella
Esta es una pregunta que hago a todos los propietarios que insisten en el ladrillo: ¿han pensado en sus facturas de energía? El ladrillo tiene pocas propiedades aislantes en comparación con materiales modernos como los SIP o los paneles de acero aislados. Claro que se puede añadir aislamiento detrás de la chapa de ladrillo, pero ¿por qué no utilizar un material que es inherentemente eficiente desde el punto de vista energético?
Una vez visité un barrio en el que todas las casas estaban revestidas de ladrillo pero mal aisladas por detrás. Los propietarios gastaban miles de euros al año en calefacción y refrigeración porque sus paredes no podían regular la temperatura con eficacia. Cuando construimos una casa modular cercana con paneles SIP de MgO, el ahorro energético fue inmediato y espectacular.
Gastos de transporte
El ladrillo es pesado, muy pesado, y transportarlo no es barato ni respetuoso con el medio ambiente. La huella de carbono que deja el traslado de miles de ladrillos a una obra es considerable, por no hablar de los costes de combustible. Compárelo con los sistemas de muros construidos en fábrica, que llegan premontados y listos para instalar en un solo viaje: es una obviedad desde el punto de vista económico y de la sostenibilidad.
Dolores de cabeza por mantenimiento
Hablemos de costes a largo plazo: los ladrillos pueden durar para siempre, pero el mortero no. Con el tiempo, las juntas de mortero se deterioran y hay que volver a colocarlas, un proceso laborioso que puede costar miles de dólares en función del tamaño de la casa. Luego está el problema de la eflorescencia, ese residuo blanco causado por el agua que se filtra a través de los ladrillos, que puede ser antiestético y difícil de eliminar.
He hablado con propietarios que se arrepintieron de haber optado por el ladrillo al darse cuenta del mantenimiento que requería con el paso del tiempo. Los materiales modernos, como los SIP de MgO, no tienen estos problemas: son resistentes a la humedad y al fuego, y prácticamente no requieren mantenimiento.
El argumento emocional
Lo entiendo: el ladrillo se siente sólido y permanente, como algo que puede pasar de generación en generación. Pero la permanencia no debe ir en detrimento de la asequibilidad o la eficiencia. Cuando veo a familias que tienen dificultades para permitirse una casa porque los métodos tradicionales inflan los precios innecesariamente, no puedo evitar cuestionar nuestro apego a materiales como el ladrillo.
En Haüsa Homes, estamos demostrando que no es necesario el ladrillo, ni ningún otro material obsoleto, para construir casas que duren generaciones. Nuestras casas modulares están diseñadas para ofrecer durabilidad, eficiencia energética y asequibilidad, todo ello sin sacrificar la calidad ni el diseño.
Un desafío a la tradición
Este es mi reto: abandonar la tradición por la tradición. El ladrillo puede parecer atemporal, pero sus costes ocultos son cualquier cosa menos sostenibles, tanto económica como medioambientalmente. Si queremos que la vivienda sea más asequible y accesible para todos, tenemos que adoptar materiales y métodos más inteligentes.
La próxima vez que admire una casa de ladrillo, pregúntese: ¿cuánto ha costado realmente, no sólo económicamente, sino en recursos desperdiciados e ineficiencias? Y luego imagina lo que se podría conseguir si sustituyéramos esos ladrillos por algo mejor.
Ha llegado el momento de construir de forma diferente, y Haüsa Homes marca el camino.
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